¿Qué está pasando en Brasil? Claves sobre el asalto a los poderes del estado Sudamericano

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Este domingo 8 de enero el mundo vio escenas que pusieron a temblar la democracia del país más grande de Sudamérica.

Dos meses después del triunfo de Lula da Silva sobre Jair Bolsonaro en las elecciones más polarizadas, la presión ha incendiado todo el país en lo que puede catalogarse como un intento de golpe de estado.

Pero, ¿cómo llegó a este punto y por que las protestas han ido tan lejos? Aquí las claves para entender que está pasando en Brasil:

8 de enero del 2023, seguidores de Bolsonaro asaltan a las sedes de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial de brasil

Escenas que recuerdan a lo que ocurrió hace dos años en el Capitolio estadounidense. Cientos de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro asaltaron las sedes de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial de Brasil reclamando una intervención militar para derrocar a Lula da Silva, investido presidente del país el pasado 1 de enero tras ganar las elecciones del pasado octubre.

Un multitudinario grupo de bolsonaristas superó las barreras policiales que protegían el Congreso y algunos de los manifestantes consiguieron acceder a su interior.

Los extremistas, en su mayoría con camisetas amarillas y verdes y banderas de Brasil, también invadieron el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto. Estos tres edificios, sedes del poder legislativo, judicial y ejecutivo, respectivamente, se encuentran en los alrededores de la conocida como plaza de los Tres Poderes.

Después de cuatro horas y media, las fuerzas de seguridad consiguieron desalojar estos recintos. Según informó la agencia EFE, agentes antidisturbios cargaron y lanzaron gases lacrimógenos contra los extremistas que estaban dentro y fuera de estos tres edificios.

Al menos 400 personas que participaron en este asalto fueron detenidas, según cifró el gobernador del Distrito Federal de Brasilia, Ibaneis Rocha.

Además, otras 1.200 personas fueron detenidas tras el desalojo de uno de los campamentos de seguidores de Bolsonaro, que se encontraban acampados frente al Cuartel General de las Fuerzas Armadas en Brasilia. S

Según informa el medio brasileño Metrópoles, se trata de más de mil personas a las que la Policía Federal habría dado la orden de desalojar el campamento y, al no hacerlo, «fueron detenidas».

Elecciones polarizadas y Bolsonaro no reconoce su derrota

Definitivamente el génesis del problema fue el pasado 30 de octubre, con la celebración de elecciones generales en el país y el triunfo de Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores, con un 51% sobre el 49% que logró Jair Bolsonaro, anterior presidente.

Lula regresaba así a la presidencia después de haber ocupado el cargo desde 2003 hasta 2011 y haber estado en la cárcel 580 días, lo que le impidió haberse presentado en el año 2018.

La sentencia llegó por el juez Sergio Moro, quien posteriormente fue nombrado ministro por Bolsonaro. Tras las elecciones, Bolsonaro calificó los resultados de «injusticia» aunque afirmando que cumpliría con lo que dicta la Constitución. Pese a ello, no hizo ninguna referencia al triunfo de Lula da Silva.

Todo ello derivó en protestas y manifestaciones masivas por parte de seguidores de ultraderecha, un clima de tensión que creció aún más con la millonaria multa por parte del Tribunal Superior Electoral al Partido Liberal por pedir la anulación de los votos en urnas electrónicas, y con la aparición de 40 kilos de dinamita encontrados a unos 35 kilómetros del lugar donde Lula tomaría la posesión.

La reacción de Jair Bolsonaro ante las manifestaciones en Brasil

El expresidente de Brasil se pronunció sobre lo ocurrido horas después del asalto a las sedes del Congreso, el Supremo y el Planalto. Publicó varios mensajes en Twitter en los que no llegó a condenar de forma rotunda el asalto y aprovechó para arremeter contra Lula da Silva.

«Las manifestaciones pacíficas, en forma de ley, son parte de la democracia. Sin embargo, el vandalismo y las invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla», tuiteó. «Repudio las acusaciones, sin pruebas, que me atribuyó el actual jefe del ejecutivo de Brasil», concluyó Bolsonaro.

El asalto a estas sedes se habría organizado por grupos de Whatsapp

Los grupos de WhatsApp habrían jugado un papel clave a la hora de organizar el asalto al Congreso, al Supremo y al Planalto en Brasil, según informa la Agência Lupa. A través de esta plataforma de mensajería, se habrían estado dando instrucciones al menos desde el 5 de enero para ir «a la explanada» donde se ubican las sedes de estos tres poderes. Además, en estos mensajes se habría dado la orden de «no salir del Congreso».

“Llevar equipo como cascos, guantes, chalecos, máscara de gas y gafas de natación contra el efecto de los gases”, dice uno de los textos que se difundió por WhatsApp, según Lupa. Esta agencia cita los datos recopilados de 17.000 grupos de WhatsApp por parte de la compañía de ingeniería y ciencia de datos Palver.

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