Trump propone renombrar el Golfo de México: ¿Esto es posible?
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump durante su discurso de toma de posesión este lunes reiteró su intención de cambiar el nombre del Golfo de México al Golfo de América.
Ya durante una conferencia de prensa en su residencia de Mar-a-Lago, Florida, Trump argumentó que Estados Unidos realiza «la mayor parte del trabajo» en esa región y, por tanto, el cambio sería «apropiado».
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«Golfo de América, qué nombre tan hermoso», expresó Trump, agregando que considera que el nombre actual no refleja adecuadamente la contribución de su país en la región.
Pero en México, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió a la propuesta de Trump el miércoles diciendo: «Por qué no le llamamos América Mexicana (a Estados Unidos)? Se oye bonito».
¿Pero esto es posible?
El Golfo de México, un cuerpo de agua compartido entre Estados Unidos, México y Cuba, tiene una superficie de más de 1,6 millones de kilómetros cuadrados y es clave para la economía y la producción de petróleo de estos países. Actualmente, su delimitación está regulada por acuerdos internacionales bajo la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
Cinco estados mexicanos tienen costa en el golfo: Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche y Yucatán.
También tienen costa en el golfo los estados estadounidenses de Florida, Alabama, Misisipi, Luisiana y Texas, y las provincias cubanas de Pinar del Río y Artemisa.
Dado que el nombre «Golfo de México» se remonta a mapas europeos del siglo XVI, la propuesta de Trump suscita dudas sobre su viabilidad y aceptación internacional. Según historiadores, el término no alude al Estado moderno de México, sino a la palabra náhuatl «Mēxihco», que los aztecas utilizaban para referirse a su capital.
Aunque Trump no precisó cómo planea llevar a cabo el cambio, la comunidad internacional podría ver la propuesta como un gesto unilateral que ignora los tratados y acuerdos históricos entre las naciones que comparten el golfo. Además, expertos en derecho internacional señalan que un cambio de nombre para un cuerpo de agua internacional requeriría un consenso entre los países involucrados y la aprobación de organismos como la Organización Hidrográfica Internacional (IHO).
En fin, para que esto sea posible tanto México como Cuba debe aprobar el cambio de nombre, cosas que no se ve venir debido a la relación de estos tres países.