República Dominicana lidera convergencia de ingresos en América Latina
La convergencia económica, un fenómeno que se produce cuando la brecha de ingresos entre las economías más ricas y más pobres se reduce, ha sido objeto de análisis en América Latina y la República Dominicana sigue siendo el centro de atención por su notable desempeño económico de los últimos años.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó el progreso de la República Dominicana en términos de convergencia de ingresos, posicionándose como líder en América Latina en la reducción de la brecha de ingresos con Estados Unidos. A pesar de ser uno de los países más pobres de la región en la década de 1960, el país ha logrado avances significativos, presentando una relación de ingreso per cápita del 32% con respecto a Estados Unidos en 2022, en comparación con un promedio de una cuarta parte para América Latina.
Además de lograr una alta convergencia de ingresos, la República Dominicana ha demostrado una velocidad de convergencia promedio excepcionalmente alta en comparación con otros países de la región. A lo largo de los últimos 50 años, el país ha liderado el «desplazamiento azul», mostrando una tasa de cambio en la convergencia del ingreso por década superior a otros países latinoamericanos. Panamá y Chile también han logrado velocidades de convergencia positivas, aunque ligeramente más bajas, mientras que otros países de la región han experimentado velocidades de convergencia significativamente más bajas («desplazamiento hacia el verde») o incluso negativas («desplazamiento hacia el rojo»).
Este desempeño sobresaliente ha sido posible gracias a la implementación de políticas sólidas, en especial por parte del Banco Central, mejoras en el marco de políticas públicas, una base de exportación más diversificada y una economía flexible frente a las cambiantes condiciones globales.
La transformación económica de la República Dominicana ha sido impresionante, pasando de una economía agrícola a una más orientada a la manufactura y, posteriormente, a una impulsada por los servicios, en gran parte debido al potencial turístico del país y la expansión del sistema financiero.
El impacto positivo de este progreso económico se ha reflejado en la reducción significativa de la pobreza y la desigualdad en el país. Durante las últimas tres décadas, la pobreza se ha reducido en dos tercios y el coeficiente de Gini ha disminuido en una cuarta parte, indicando una tendencia hacia una distribución más equitativa del ingreso.
El FMI estima que, con políticas adecuadas y reformas estructurales clave, la República Dominicana podría mantener un crecimiento potencial anual del 5%. Entre las áreas clave para impulsar un mayor crecimiento se encuentran mejorar la calidad de la educación, completar la reforma del sector eléctrico, fortalecer la resiliencia de los sectores turístico y agrícola ante desastres naturales y el cambio climático, abordar la informalidad laboral, mejorar el clima de negocios y fomentar la innovación tecnológica.
A pesar de los desafíos que enfrenta, incluidos los asociados al cambio climático, la República Dominicana está en camino de convertirse en una economía avanzada para el año 2060, representando un logro histórico para el país y un ejemplo inspirador de desarrollo sostenible en la región.