Perú califica transexualidad como un trastorno mental

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El Decreto Supremo aprobado por el Poder Ejecutivo el viernes 10 de mayo ha generado controversia al incluir las identidades LGBTIQ+ en el ámbito de los trastornos mentales. Firmado por la presidenta Dina Boluarte, el ministro de Salud César Vásquez, y el ministro de Economía y Finanzas José Arista, el documento clasifica el transexualismo, el transvestismo y las dudas relacionadas con la identidad de género como problemas a atender.

Esta medida se basa en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y ha sido incorporada en el Plan de Aseguramiento en Salud (PEAS) del Ministerio de Salud (MINSA), lo que implica que los diagnósticos relacionados con estas identidades serán considerados trastornos mentales cubiertos por los servicios de salud estatales peruanos.

Sin embargo, miembros de la comunidad LGBTIQ+ han expresado su preocupación, argumentando que el MINSA está utilizando información obsoleta, ya que la CIE-10 dejó de utilizarse en 2022. Esta medida ha generado inquietud y protestas, con personas trans y miembros de la comunidad LGTBIQ+ manifestándose en Lima el 17 de febrero para denunciar los crímenes de odio y la violencia que enfrentan. La protesta busca cambios en las políticas de seguridad y justicia, el reconocimiento legal de los cambios de nombre y género en los documentos de identidad, y oportunidades laborales libres de discriminación.

A pesar de que el Perú tiene un bajo porcentaje de apoyo al matrimonio igualitario, el respaldo al derecho de la comunidad LGTBIQ+ ha experimentado un crecimiento en los últimos años. El informe del Barómetro de las Américas señala que desde 2017 se considera la orientación sexual y la identidad de género como agravantes en casos de delitos de intolerancia o discriminación. En el contexto sudamericano, el Perú se sitúa en el séptimo lugar en términos de aceptación de la comunidad LGBTIQ+.