Los usuarios del trasporte esperan que tal como está pautado, los autobuses y minibuses del transporte colectivo privado puedan reintegrarse la próxima semana para ofrecer sus servicios.
Varios pasajeros abordados por reporteros de este diario indicaron que la ausencia de las denominadas “guaguas voladoras” está “castigando duramente” sus bolsillos, ya que los choferes de carros aumentaron el precios del pasaje considerablemente, en momentos que el trasporte público se ha limitado para evitar la propagación de la COVID-19.
“Más que falta de abastecimiento, lo que nos ha golpeado es el incremento del pasaje. A mí, por ejemplo me cobran hasta 50 pesos y eso es un abuso”, comentó una pasajera que se encontraba en la avenida Duarte abordando un carro de concho que la llevaría al kilómetro 9.
Sin embargo, un empleado del sector privado sostuvo que otra problemática que enfrentan los usuarios es tener que hacer largas filas esperando transporte que los lleve a sus casas cuando terminan sus jornadas de trabajo.
“Es un problema por donde quiera que se mire. Por un lado, el alza del precio y por otro tenemos que hacer unas filas larguísimas que por más que uno no quiera, se amontona.
Además, de tener la presión que no te agarre el toque de queda en la calle”, señaló.